domingo, 27 de marzo de 2011

La casa nunca pierde

No dije nada; quizá no era necesario porque mi rostro lo reflejaba: acababa de experimentar uno de esos corajes que sólo lo produce el personal de las tiendas que no sabe emitir una simple factura. Con el ticket en la mano y tras haber escuchado "le invitamos a que acuda a otra de nuestras tiendas y en cualquier horario, porque nuestro sistema no nos lo permite", salí a refugiarme a un restaurante de la misma cadena comercial. Error. La furia y el hambre que ya traía junto con la lentitud del servicio, sólo hizo que la molestia se hiciera más grande. Pero no dije nada. El lugar se llenaba y yo pensaba "¿Ni siquiera una de esas canastitas con pan pueden traerme?". Los minutos pasaban. "¿Cuánto se pueden tardar para preparar unos tacos de pollo??!!". Y aunque ganas no me faltaban para empezar a quejarme, de verdad no dije nada. El caso es que al fondo uno de los meseros notó mi desconcierto y observé que se lo comunicaba a su supervisor. De inmediato, se acercó la mesera para indicarme que no tardaría mucho mi platillo. "Gracias", contesté. Acto seguido, el propio supervidor traía en sus manos, el plato esperado y con una sonrisa de quien se siente con poder, se atrevió a ofrecerme un postre-regalo en compensación de la tardanza. "Gracias, ahorita le aviso", respondí. Sin duda a esas alturas del partido, lo único que deseaba era morder la tortilla crujiente y no atender más. Con el estómago algo lleno, y con mayor lucidez, decidí aceptar la propuesta. El resultado: un helado de chocolate, que saboree con mucho más tiempo que el platillo principal. Al final, la cuenta debía ser cubierta. Antes de hacer el pago, verifiqué que el postre-regalo no fuera incluido. La cajera recibió el billete y se apresuró a darme el cambio. Salí del lugar pensando "Bueno, no estuvo tan mal" y llegué a casa. Pero oh sorpresa al abrir la bolsa, el cambio no era el correcto. Faltaban 20 pesos. Así es, el helado había sido cobrado y yo sin factura ni regalo y ni a quien reclamar...

sábado, 26 de marzo de 2011

El momento que nunca llegó....

Hoy es un buen día para escribir...Si dejé que pasara mucho tiempo fue porque no encontraba el "momento" para hacerlo pero oh! sorpresa, empiezo a reconocer que la llegada de ese instante es poco probable, así es que a escribir se ha dicho!!! y para aprovechar el espacio, aún sabiendo que quienes lean esto, sean los menos o quizá nadie, sólo diré que trataré de no dejar este blog a la deriva. Contra Sentido se renueva y sí, llegó para quedarse!!! :)