jueves, 23 de febrero de 2012

A la deriva...

Tarde o temprano pasaría. Quizá más temprano que tarde o quizá al revés, el asunto es que la inevitable predicción se concretaba. Al principio el anuncio le provocó una risa incontrolable. ¿Nervios?, ¿miedo?, ¿incredulidad? Sólo él sabía que pasaba por su mente, cuando le sentenciaron la aparición de una tercera ala.
¡Eso es imposible! ¿En qué parte de su cuerpo le aparecería? ¿Sería parte de las que ya tenía? ¿Qué cosa monstruosa sería esa ala número tres? Luego de una serie de pensamientos de todo tipo, al afectado le pareció importante echar al baúl del olvido aquél rarísimo augurio. Después de todo pudo haber sido tan
solo una mala broma, infantil y absurda… ¿Otra ala? ¿Con qué objetivo? ¡No se diga más! no pensar más, no pensar ni-un-minuto-más, no valía la pena… Pero como suele pasar en esta vida – donde el futuro nos alcanza sin tregua-, la temible ala apareció en un resquicio de su triste figura… Moraleja: si les dicen que van a volar ¡hagan caso! ;)

No hay comentarios: